“Eres demasiado linda para ser geóloga” Escrito por Paula Alejandra Sarmiento Linares Editado por Dr. Adriana Guatamé-García Un par de veces en mi vida he tenido que escuchar la frase que da título a este escrito. En la primera ocasión, yo era una estudiante de primeros semestres de geología en la Universidad, y la escuché de una persona (hombre, blanco, heterosexual con un título académico ostentoso) en un tonito que hacía sonar la frase como un halago. No les voy a mentir, en ese momento lo tomé como un cumplido porque sentí que yo sobresalía entre un grupo de mujeres, no solo por mi apariencia física (ya que, para este personaje, yo, como mínimo, debería lucir como el esperpento de estereotipo de mujer científica creado por la serie The Big Bang Theory, Amy Farrah Fowler), sino porque, además, eso me incluyó en un bajo porcentaje de mujeres que acceden a una carrera universitaria a la que, además, pocas tenemos la posibilidad (o el interés) de pertenecer. Esta clase de comentarios generan un par de preguntas: ¿es realmente un cumplido ser demasiado linda para ser geóloga, científica o ingeniera? Y, si cambiamos el “linda” por “latina”, o “emocional”, o “mujer”, ¿Tiene sentido? ¿Está bien que ese porcentaje de mujeres que pertenecen o se interesen en carreras universitarias asociadas a las ciencias sea así de bajo? Existe la idea equivocada de que la ciencia fue hecha para los hombres, con base en argumentos infundados: durante la educación primaria y bachillerato, la atención está centrada en que los chicos tengan éxito en materias como matemáticas o física, mientras que a las chicas se les insiste en lenguaje y ciencias humanas. Desde temprana edad, se impone a las mujeres la idea de que su papel dentro de una comunidad está ligado a las labores del cuidado y apoyo en el hogar y en los mismos sistemas económicos, en donde son frecuentes los oficios de enfermeras, auxiliares, asistentes o secretarias, mientras que los hombres están destinados a la creatividad, el ingenio y los grandes descubrimientos (“detrás de un hombre, siempre hay una gran mujer”, guiño – guiño). Para la sociedad, lo racional siempre está relacionado a lo masculino y lo emocional a lo femenino, por tanto, los hombres son los que hacen ciencia, no las mujeres: para el año 2016, menos del 30% de los investigadores en todo el mundo fueron mujeres (Naciones Unidas, 2016) y para el 2019, el porcentaje de mujeres en el personal científico del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) fue de un 35,9 % (Comisión de Mujeres y Ciencia del CSIC, 2019). Tristemente estos prejuicios han sido evidenciados en un estudio que realizó Inoaka Amarasekara, una investigadora australiana de ciencias de la comunicación en compañía de Will Grant, quienes en un artículo expusieron cómo el camino para las mujeres que deciden hacer divulgación científica en YouTube es más complicado que para los hombres, ya que, según algunas cifras, las presentadoras obtenían una proporción mucho mayor de comentarios acerca de su apariencia (4,5 % para las mujeres contra 1,4 % para los hombres) y comentarios sexistas o sexuales (casi 3 % de los comentarios para las mujeres contra 0,25 % para los hombres) (Jeffries, 2018). Estos argumentos, además de los insultos disfrazados de cumplidos dirigidos a mujeres científicas o ingenieras, pueden llegar a formar discursos muy peligrosos que traen consigo discriminación (desde racismo hasta xenofobia), acoso de todo tipo, abuso de poder, condescendencia, falta de validación del conocimiento que nosotras generamos a través de nuestra labor, entre muchos otros problemas que se basan en la estigmatización sobre lo que las mujeres podemos o no hacer, decir o sentir. Otra de las principales razones que tienen las niñas y adolescentes para no estar interesadas en carreras de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM) es la falta de visibilidad de modelos femeninos en etapas de escolaridad primaria y media. Tal como la extinción de los dinosaurios no es un referente único de grandes extinciones en el planeta tierra, Marie Skłodowska Curie no es el único modelo de mujer científica. Mujeres como Margaret Hamilton, catalogada como la primera ingeniera de software, cuyo papel en la misión Apolo XI fue importantísimo (López, 2017); y en la actualidad, las premio Nobel de Química del presente año, Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna, o Katie Bouman, la mujer responsable de la primera foto de un agujero negro, son grandes ejemplos de que las mujeres podemos tener una gran relevancia en las ciencias. Otras mujeres como Hedy Lamarr, inventora austriaca dedicada a los sistemas de retransmisión de ondas por radiofrecuencia (Morrón , 2015), quien también fue la primera actriz en salir desnuda en la gran pantalla y tuvo una gran carrera en la industria cinematográfica; o la actriz protagonista en la serie The Big Bang Theory, escritora, cantante y doctora en neurociencias Mayim Chaya Bialik, con una gran carrera artística - además del terrible papel que tuvo que asumir en la afamada serie a la que ya he hecho referencia - son muestra de que no hay que crear sesgos. No es necesario hacer que una niña pierda su interés en temas de estética, artes o lo que sea que esté en su esencia para que tenga un alto interés en los planetas, los números, la química y otras áreas relacionadas. De hecho, cuando un ser humano tiene un alto interés en ambos temas, puede relacionarlos perfectamente y hacer grandes contribuciones en ambos campos. Como mujeres, es difícil afrontar los retos que supone lograr tumbar estos dogmas y abrirnos un campo en la comunidad científica , pero no es imposible; y es responsabilidad de todos, de hombres y mujeres que pertenecemos a esta comunidad. El tiempo ya nos ha demostrado que la ciencia no es solo para los hombres y ellos no deberían ser nuestra única oportunidad para acceder a oportunidades académicas, podernos quedar en un país extranjero haciendo una carrera, validar los conocimientos que desarrollemos por medio de nuestros proyectos, entre muchísimas cosas que podríamos hacer por nosotras mismas si estos sesgos de género no existieran. Tampoco se nos deberían reducir estas oportunidades por el estilo de vida que queramos llevar o por los intereses que tengamos. Finalmente, ser lindas, mujeres o latinas no nos hace menos inteligentes, poderosas ni científicas. Este año tuve que volver a escuchar que era demasiado linda para ser geóloga. Eso ya no lo consideré un halago, sino el recordatorio de todo lo que muchas mujeres científicas hemos tenido que pasar para hacernos un camino y abrirnos un espacio en campos académicos y laborales relacionados a las ciencias, de lo difícil pero satisfactorio que ha sido y la excusa perfecta para escribir esta entrada para el Blog. Muchísimas gracias a las editoras del GeolatinasBlog, Ale y Angelique por dejarme ser un portavoz de tan importante asunto y hacerme un campito en su maravillosa iniciativa, así como también al equipo de trabajo y a la edición de Adriana y Adrián. Y a ustedes, gracias por leer. Notas del autor. Muchas de las ideas acá mencionadas son recopilaciones de anécdotas propias, de amigas y colegas; es triste que hayamos tenido que pasar por algunas de estas experiencias, pero son ellas las que nos hacen tener más ganas de demostrar que las mujeres estamos en las ciencias para quedarnos. También fueron ideas apoyadas por el Podcast “Womansplaining”, específicamente los capítulos “¡Marie Curie no existe!” y “¡No puedes usar esa trusa sexy en el laboratorio!” , los cuales recomiendo plenamente. Referencias
Comisión de Mujeres y Ciencia del CSIC. (2019). Informe Mujeres Investigadoras. Madrid, España: Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Jeffries, A. (18 de Julio de 2018). Las dificultades que enfrentan las mujeres que hacen ciencia en YouTube. The New York Times. López, A. (7 de Junio de 2017). Margaret Hamilton: “La primera ingeniera de software”. Obtenido de Mujeres con ciencia: https://mujeresconciencia.com/2017/06/07/margaret-hamilton-la-primera-ingeniera-software/ Morrón , L. (30 de Noviembre de 2015). Hedy Lamarr, la inventora. Obtenido de Mujeres con ciencia: https://mujeresconciencia.com/2015/11/30/hedy-lamarr-la-inventora/ Naciones Unidas. (2016). Women and girls in science day. Obtenido de https://www.un.org/es/observances/women-and-girls-in-science-day/
2 Comments
CRISTian
15/12/2020 12:13:14 pm
Que buen tema. Muy bien redactado. No sé es demasiado NADA para hacer lo que nos apasiona
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29/9/2022 05:52:29 am
Buenos días señor / señora,
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